Triglicéridos
Fórmula lineal
C6H8O6
Sinónimos
Triacilgliceroles
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Los triacilgliceroles -comúnmente conocidos como triglicéridos- son un tipo de lípido que contiene un esqueleto de glicerol al que se unen tres moléculas de ácido graso de distintas longitudes. Como tales, los triglicéridos son moléculas muy ricas en energía. Por ello, todos los organismos utilizan alguna forma de triglicérido para almacenar ácidos grasos en el tejido adiposo para la producción de energía y calor, la síntesis de membranas celulares y la protección de órganos.
Tomamos triglicéridos cuando ingerimos alimentos (por ejemplo, con mantequilla y aceite), pero el hígado también puede sintetizar triglicéridos a partir de calorías adicionales. El cuerpo humano almacena los triglicéridos en gotitas de lípidos dentro de las células grasas y el tejido adiposo de todo el cuerpo. Cuando más adelante el cuerpo necesite energía, degradará los triglicéridos y "quemará grasa". Aunque los triglicéridos son necesarios para el metabolismo energético del cuerpo, el aumento de las cantidades de tejido adiposo no es saludable para el organismo. Las personas con niveles elevados de triglicéridos corren un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y síndrome metabólico. Una dieta sana, la actividad física y el ejercicio regular pueden reducir el tejido adiposo extra y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Origen, transporte y almacenamiento de los triglicéridos
Al ingerir alimentos, los ácidos biliares del intestino emulsionan las moléculas grasas (como el colesterol) y los ácidos grasos libres, así como los triglicéridos de origen animal y vegetal. Las células del sistema intestinal absorben estas moléculas emulsionadas e hidrolizan los triglicéridos en ácidos grasos libres. A continuación, todas las moléculas grasas se empaquetan en quilomicrones que se secretan en el torrente sanguíneo, se distribuyen por el organismo o se transportan al hígado. Las células hepáticas unen tres moléculas de ácidos grasos a una molécula de glicerol-3-fosfato, produciendo así triglicéridos. A continuación, éstos se almacenan en gotitas de lípidos dentro del hígado o se unen a lipoproteínas junto con el colesterol y se secretan como lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) en el torrente sanguíneo.
Los quilomicrones y las VLDL transportan triglicéridos y colesterol a diversos tejidos y órganos. A lo largo de este proceso, las lipoproteínas encuentran diferentes receptores celulares que escinden los ácidos grasos de los triglicéridos. A continuación, la célula absorbe los ácidos grasos libres para utilizarlos en la producción de energía o en la síntesis de membranas. Esto deja lipoproteínas de baja densidad (LDL, es decir, colesterol malo) más pequeñas y enriquecidas en colesterol, que son transportadas de vuelta al hígado.1
El exceso de ácidos grasos y triglicéridos se almacena principalmente en gotas de lípidos en el tejido adiposo blanco y en cantidades más pequeñas en el hígado. Además, las calorías no utilizadas procedentes del azúcar y el alcohol pueden convertirse en ácidos grasos y almacenarse en forma de triglicéridos. Durante los periodos de ayuno o inanición, las hormonas, como las tiroideas, liberan los triglicéridos del tejido adiposo para proporcionar ácidos grasos y energía al organismo y a los músculos.2
Triglicéridos y salud metabólica
El almacenamiento de energía en forma de triglicéridos es esencial para el metabolismo del cuerpo y la protección de los órganos. Dado que los ácidos grasos son componentes esenciales de las membranas celulares, el organismo necesita cantidades suficientes para crecer y desarrollarse. Sin embargo, las concentraciones elevadas de gotas de lípidos y células grasas pueden ser problemáticas para los tejidos y órganos que no están hechos para el almacenamiento excesivo de grasa, como el hígado. El aumento de la carga de triglicéridos en el hígado puede provocar una alteración del metabolismo lipídico, trastornos lipídicos e incluso la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Los niveles elevados de triglicéridos en sangre con un aumento de la secreción de VLDL en la sangre pueden provocar pancreatitis, obesidad, resistencia a la insulina y diabetes, lo que también se conoce conjuntamente como síndrome metabólico.3 Dado que las LDL distribuyen los triglicéridos y los ácidos grasos en el organismo, su desprendimiento puede dar lugar a niveles locales elevados de ácidos grasos. Éstos pueden desencadenar la inflamación y favorecer la aparición de diabetes. Además, el aumento de los niveles de lipoproteínas enriquecidas en triglicéridos en la sangre reduce los niveles de lipoproteínas de alta densidad. Éste es el llamado colesterol "bueno", ya que recoge el exceso de colesterol y lo transporta de vuelta al hígado para su eliminación.4 Por lo tanto, el objetivo debe ser mantener bajos los niveles de triglicéridos en sangre para prevenir la inflamación, el síndrome metabólico y el aumento de peso.
Triglicéridos y cardiopatías
Estudios de investigación recientes también demuestran que los niveles elevados de triglicéridos afectan profundamente a la salud del corazón. Al igual que otras células, las células del músculo cardiaco separan los ácidos grasos de las VLDL ricas en triglicéridos de la sangre y absorben los ácidos grasos libres. La mayor parte de estos ácidos grasos se utiliza para la producción de energía y, por tanto, para el funcionamiento del músculo cardiaco o para la síntesis de membranas. Sin embargo, una pequeña cantidad se resintetiza en triglicéridos para almacenarse en las gotitas lipídicas. Sin embargo, el corazón es un tejido no graso. Por lo tanto, la acumulación de triglicéridos y gotas lipídicas puede provocar lipotoxicidad, hipertensión arterial y disfunción cardiaca.5
Otra línea de investigación sugiere que, al igual que el colesterol elevado, los triglicéridos elevados en sangre son factores de riesgo de aterosclerosis.6 Mientras que la proporción de colesterol en la forma LDL contribuye de forma crucial a la formación de placas ateroscleróticas, se sugiere el mecanismo causal de los triglicéridos, pero aún no se comprende con claridad.
Una teoría implica que los grandes restos de lipoproteínas ricas en triglicéridos tienden a quedar atrapados en la pared arterial y pueden causar la acumulación de placas ateroscleróticas.7 Otros estudios sugieren que los macrófagos de la pared arterial captan lipoproteínas más pequeñas ricas en triglicéridos y colesterol. Aunque los macrófagos pueden catabolizar los triglicéridos, el colesterol se acumula, de modo que los macrófagos se deforman y se vuelven disfuncionales. Se inician entonces las placas ateroscleróticas.8
Niveles saludables de triglicéridos y hábitos de vida
Los triglicéridos son esenciales para el cuerpo humano, su metabolismo, crecimiento y funcionamiento básico. Sin embargo, unos niveles elevados de triglicéridos pueden provocar graves problemas de salud. El control de los factores de riesgo cardiovascular y de los niveles de triglicéridos mediante pruebas rutinarias de LDL, HDL y colesterol total y paneles lipídicos es una importante estrategia de gestión y prevención de enfermedades, que ayuda a prevenir los triglicéridos altos, a controlar la hipertensión arterial y la hiperglucemia, y a reducir el riesgo de cardiopatías.
Al igual que el colesterol, estrechamente relacionado con éste, los triglicéridos pueden controlarse mediante cambios en el estilo de vida. Los estudios han demostrado que las dietas con una ingesta reducida de hidratos de carbono y grasas saturadas y un aumento de ácidos grasos Omega-3 (procedentes del pescado y el aceite de pescado) pueden reducir los triglicéridos y disminuir la inflamación.9 Del mismo modo, se ha demostrado que la actividad física y la evitación del alcohol reducen los triglicéridos y el riesgo de cardiopatía, infarto de miocardio y trastornos lipídicos.8,9
Los triglicéridos en la investigación
En agosto de 2023, había casi 29.000 citas de "triglicéridos" en publicaciones de investigación (*excluidos libros y documentos) en PubMed. El gran número de publicaciones que relacionan los niveles de triglicéridos con la salud y las enfermedades cardiovasculares pone de relieve el beneficio de la cuantificación de los triglicéridos para ayudar a comprender mejor el papel de estas moléculas en la salud y las enfermedades cardíacas. Muchas publicaciones también se centran en el manejo clínico y la comprensión de los triglicéridos; por lo tanto, la investigación preclínica también puede beneficiarse de la cuantificación de triglicéridos. El Complex Lipids Targeted Panel de Metabolonincluye la cuantificación precisa de más de 500 especies de triglicéridos. Obtenga más información sobre el análisis lipidómico cuantitativo de Metabolon aquí.
Referencias
- Basu D, Goldberg IJ. Regulación de la lipólisis de triglicéridos mediada por lipoproteína lipasa. Curr Opin Lipidol 2020;31(3):154-160.
- Alves-Bezerra M, Cohen DE. Metabolismo de triglicéridos en el hígado. Compr Physiol 2017;8(1):1-8.
- Hu X, Liu Q, Guo X, et al. El papel del colesterol remanente más allá del colesterol de lipoproteínas de baja densidad en la diabetes mellitus. Cardiovasc Diabetol 2022;21(1):117.
- Castañer O, Pintó X, Subirana I, et al. Remnant Cholesterol, Not LDL Cholesterol, Is Associated With Incident Cardiovascular Disease. J Am Coll Cardiol 2020;76(23):2712-2724.
- Yamamoto T, Sano M. Deranged Myocardial Fatty Acid Metabolism in Heart Failure. Int J Mol Sci 2022;23(2):996.
- Farnier M, Zeller M, Masson D, et al. Triglycerides and risk of atherosclerotic cardiovascular disease: An update. Arch Cardiovasc Dis 2021;114(2):132-139.
- Balling M, Afzal S, Varbo A, et al. El colesterol VLDL representa la mitad del riesgo de infarto de miocardio asociado a las lipoproteínas que contienen apoB. J Am Coll Cardiol 2020;76(23):2725-2735.
- Laufs U, Parhofer KG, Ginsberg HN, Hegele RA. Revisión clínica sobre triglicéridos. Eur Heart J 2020;41(1):99-109c.
- Sandesara PB, Virani SS, Fazio S, et al. The Forgotten Lipids: Triglicéridos, colesterol remanente y riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Endocr Rev 2019;40(2):537-557.