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Cortisol

Cortisol

Fórmula lineal

C21H30O5

Sinónimos

11β,17,21-trihidroxipregn-4-ene-3,20-diona, 11β-hidrocortisona, 17-hidroxicorticosterona, Hidrocortisona, Compuesto F de Kendall, Sustancia M de Reichstein.

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El cortisol, o hidrocortisona, es una hormona esteroide producida por la capa externa de las glándulas suprarrenales situadas encima de cada riñón. Las hormonas esteroideas, como la progesterona y la testosterona, contienen cuatro anillos fusionados de 17 átomos de carbono juntos con diversos grupos funcionales. El cortisol, también conocido como la hormona del estrés, es una hormona metabólica que regula la respuesta del organismo al estrés (lucha o huida), el ciclo sueño-vigilia y el metabolismo de los músculos, la grasa, el hígado y los huesos.

La investigación ha descubierto que el cortisol afecta a casi todos los órganos al regular el metabolismo y suprimir la inflamación. Los niveles crónicamente elevados de cortisol pueden causar el síndrome de Cushing, mientras que un nivel demasiado bajo de cortisol puede provocar la enfermedad de Addison. Sin embargo, hay muchas otras formas en las que los niveles anormales de cortisol, ya sean agudos o crónicos, pueden afectar a la salud humana.

Cortisol y sueño

Como parte del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, las glándulas suprarrenales producen y liberan cortisol siguiendo un ritmo diurno: Los niveles de cortisol son elevados por la mañana y alcanzan su máximo al despertar. En las horas siguientes, los niveles de cortisol descienden rápidamente y después lo hacen más lentamente, alcanzando un mínimo alrededor de la medianoche1. En consecuencia, el cortisol sincroniza el calendario de los relojes periféricos del hígado, los músculos y el tejido adiposo, liberando energía a partir del glucógeno, las proteínas y las grasas almacenadas. Dado que el cortisol afecta además a órganos metabólicamente relevantes como el páncreas y el intestino, es la señal clave para la sincronización metabólica.

El nivel de cortisol plasmático se ve afectado por la higiene del sueño, las alteraciones del sueño y la duración del sueño. Las restricciones del sueño o la deuda de sueño acumulada a lo largo del tiempo conducen a una producción alterada de cortisol, lo que provoca cambios en la señalización del cortisol. Estas alteraciones afectan principalmente al metabolismo de la insulina y a los niveles de glucosa en sangre, induciendo así la prediabetes, la diabetes mellitus de tipo 2, las complicaciones diabéticas y la obesidad2.

Cortisol y estrés

Cuando el cuerpo experimenta estrés, las glándulas suprarrenales liberan cortisol. Una globulina fijadora de corticosteroides transporta el cortisol en el torrente sanguíneo, que puede medirse como cortisol sanguíneo, cortisol urinario o cortisol salival. Sólo hasta un 5% del cortisol circulante no está unido y, por tanto, es cortisol libre. Al unirse a los receptores de glucocorticoides y difundirse en el hígado, los músculos o el tejido adiposo, el cortisol regula sus metabolismos liberando rápidamente sustratos metabólicos como la glucosa, lo que eleva los niveles de azúcar en sangre.

Como tal, los niveles de cortisol se ven afectados por tensiones agudas como el ejercicio y por tensiones crónicas como la soledad y otros estados emocionales. Por ejemplo, los pacientes con picos más bajos de cortisol por la mañana muestran síntomas clínicos de depresión. Por el contrario, durante los periodos de estrés a corto plazo, la señalización del cortisol proporciona energía al organismo para alimentar la respuesta de lucha o huida, lo que favorece al sistema nervioso simpático frente al parasimpático.

Sin embargo, el estrés constante con altos niveles de cortisol durante periodos de tiempo prolongados induce la producción y el almacenamiento de lípidos, lo que desencadena el aumento de peso y afecta a la salud cardiovascular3. Para contrarrestar estos efectos, se ha demostrado que las terapias que alivian el estrés, como los masajes, una buena higiene del sueño y la atención plena, controlan los niveles de cortisol y, por tanto, las reacciones de estrés del organismo.

Cortisol y ejercicio

Como parte del sistema de respuesta al estrés del organismo, los niveles de cortisol influyen significativamente en las sesiones de ejercicio, la recuperación muscular y la adaptación al entrenamiento físico a largo plazo4. Durante el ejercicio, el cortisol desencadena la liberación de sustratos metabólicos para proporcionar energía, protege contra la inflamación muscular y fortalece los vasos sanguíneos.

Durante aproximadamente dos horas después del ejercicio, los niveles de cortisol permanecen elevados con una mayor sensibilidad de los tejidos a los glucocorticoides para contrarrestar la respuesta inflamatoria y prevenir el daño muscular5. Además, los tejidos y los músculos se adaptan al entrenamiento, ya que los deportistas presentan niveles más elevados de cortisol y testosterona, así como menores tasas de inactivación del cortisol.

Cortisol y enfermedades cardiovasculares

Como ya se ha señalado, el cortisol desempeña un papel clave en las vías metabólicas para proporcionar energía a los distintos tejidos. Además, el cortisol tiene un impacto directo en el corazón, los vasos sanguíneos y los marcadores cardiometabólicos, como la diabetes y la adiposidad. Dado que el metabolismo del cortisol y el de los ácidos biliares están estrechamente relacionados, el cortisol puede provocar el desarrollo de problemas de salud relacionados con el aumento de peso, como enfermedades hepáticas e hipertensión6.

El aumento de la síntesis de cortisol a lo largo de periodos de tiempo más prolongados conduce al suministro y almacenamiento de cortisol en los capilares capilares. Cada vez son más las investigaciones que sugieren una relación entre el aumento de las concentraciones de cortisol capilar y síntomas cardiovasculares como la hipertensión, la diabetes y el aumento de peso7. Aunque los mecanismos subyacentes de esta regulación hormonal aún no están claros, los niveles de cortisol en el interior del cabello son un biomarcador prometedor tanto del estrés crónico como de las enfermedades cardiovasculares8.

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Referencias

  1. De Nys L, Anderson K, Ofosu EF et al. Los efectos de la actividad física sobre el cortisol y el sueño: A systematic review and meta-analysis. Psychoneuroendocrinology 2022;143:105843.
  2. Liu PY y Reddy RT. Sueño, equilibrio de testosterona y cortisol y envejecimiento de los hombres. Rev Endocr Metab Disord 2022;23(6):1323-1339.
  3. Linderborg KM, Kortesniemi M, Aatsinki AK et al. Interacciones entre el cortisol y los lípidos en la leche humana. Int Breastfeed J 2020;15(1):66.
  4. Kraemer WJ, Ratamess NA, Hymer WC et al. Growth Hormone(s), Testosterone, Insulin-Like Growth Factors, and Cortisol: Roles e Integración para el Desarrollo Celular y Crecimiento con Ejercicio. Front Endocrinol (Lausana) 2020;11:33.
  5. Gouarné C, Groussard C, Gratas-Delemarche A et al. Overnight Urinary Cortisol and Cortisone Add New Insights into Adaptation to Training. Med Sci Sports Exerc 2005;37(7):1157-1167.
  6. Nowotny H, Ahmed SF, Bensing S et al. Opciones terapéuticas para la insuficiencia suprarrenal y recomendaciones para el manejo de la crisis suprarrenal. Endocrine 2021;71(3):586-594.
  7. Adam EK, Quinn ME, Tavernier R et al. Pendientes diurnas de cortisol y resultados de salud mental y física: Una revisión sistemática y metaanálisis. Psiconeuroendocrinología 2017;83:25-41.
  8. Job E y Steptoe A. Enfermedad cardiovascular y cortisol capilar: un novedoso biomarcador del estrés crónico. Curr Cardiol Rep 2019;21(10):116.